jueves, 25 de enero de 2007

LAS ENERGIAS SUTILES (A MARÍA)



Estimados amigos y pacientes lectores.
No tenía pensado abordar este segundo artículo de mi blog con este tema precisamente. Pero una conversación la otra noche con un grupo de amigas en dónde intentaba yo explicarle a María en qué consistía eso que el Feng Shuì llama ”Chì” o Energía, pero dijo algo que me suscitaba a darle explicaciones, aunque las altas horas de la madrugada y el que podría ser excesivo entrar en temas tan difíciles de explicar y de entender, me hizo dejarlo para mejor momento, y como me ha hecho reflexionar, lo recopilo en este articulito que espero sea de vuestro agrado.
Retomando la conversación que iniciamos, cuando intentaba explicarle que todo lo que nos rodea emite energía( llamenló Chi, Prana…) y que de alguna manera afecta a nuestra energía personal, y que los edificios atrapaban la suya propia en el momento de su construcción y en cada momento que albergan vida dentro de ellos pues actúan como absorbentes y esto está demostrado de muchísimas maneras que ahora no vienen al caso, (ella me explicaba que en su propia habitación se sentía triste, que le agobiaba) me decía que en eso no creía.
Bien, para María y para todos los que compartís conmigo estas líneas os diré que no consiste en un acto de fe, no es algo en que se crea o se deje de creer, no es una religión, ni una filosofía, es una cuestión de percepción sensitiva casi intuitiva que conecta con nuestro yo interior más profundo sin ver, oir, tocar u oler, De la misma manera que hay personas que son hipersensibles a un olor, sonido o cualquier otra cosa que para otras no lo es, la percepción de la energía que despide un espacio, un objeto, o una persona con la que no hemos cruzado palabra, es una cuestión que va más allá de los sentidos, pero que define y mide nuestra sensibilidad.
Hay personas que oyen una pieza de música y son capaces de llorar o se les pone el vello de punta, porque perciben algo más que notas musicales, les toca los sentimientos, el yo interno, o les motiva cualquier cosa. Cuanto más conscientes somos de lo que percibimos más lo sentimos.
Quien no ha entrado en una habitación o en una casa y sin haber nada desagradable ni aparente, ha sentido la necesidad imperiosa de salir corriendo, o desear dejar ese espacio porque una losa invisible le oprime, y puede ser que unos momentos antes haya podido haber una discusión, tan simple como eso. O en algún momento nos presentan a alguien y al darnos la mano sentimos grima, o tenemos cerca alguna persona o compañero que evitamos a toda costa y no nos ha hecho o dicho nada. Y desde luego cuando estamos con ciertas personas o en ciertos lugares que nos hacen sentirnos bien sin saber por qué o todo lo contrario que nos deja sin fuerzas sin poder evitarlo.
Si fuéramos más despacio en el día a día y nos levantáramos con el propósito de estar pendiente de cosas que no consideramos importantes y nos dejáramos “sentir” descubriríamos que somos capaces de percibir otras cosas para las que no nos han enseñado a reparar,
Aunque a veces se presenta como un don innato, también es posible desarrollarlo, o perderlo si no lo verificamos o lo negamos.
No estamos acostumbrados a dejarnos sentir y a dejarnos inundar de la percepción de nuestro yo interno, no nos lo permitimos,
Pero en mi trabajo se ha convertido en un hábito, me dejo envolver por el espacio, por las cosas que lo componen, por el color, el sonido, el olor, las personas y lo que percibo no son todas esas cosas solamente es algo más, es lo que emite cada elemento.
Qué para qué sirve? Muy fácil, a mi me sirve primero, para seguir conectándome con toda mi intuición y con mi yo interno y segundo con las necesidades de los demás, de las personas, de los espacios y de los ambientes, que es en definitiva el Interiorismo.
El Feng Shui es simplemente una herramienta que me ayuda reflexionar con más detalle teniendo en cuenta las características personales del cliente y de su proyección en el espacio, y tomarme mi tiempo para ello.
A veces esa percepción es simplemente sentido común, otras es observación, otras reflexión, otras intuición ( es importante saber confiar en ella), y la mayoría de las veces todo ello junto.
Pero para no alargarme más, María, a ti y a todos vosotros os invito a abrir vuestros canales de percepción y ampliarlos, se os abrirá una cualidad diferente con la que “sentir” las cosas que parecen inertes, todo tiene vida propia, su “energía”, a través de su forma, su color, su temperatura,,,,y un sinfín de cualidades a veces os repito “casi” imperceptibles.
Que tengais buen Chi.

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