Si fuéramos conscientes de lo susceptibles que somos con todo lo que nos rodea, no pasaríamos por alto muchas cosas.
Cuidamos nuestro cuerpo con ejercicio, lo que nos ponemos, lo que comemos, nos hacemos tratamientos de belleza, bebemos agua mineral… pero muchas veces descuidamos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos… y hasta lo inminentemente cercano y cotidiano: nuestro hábitat, los espacios dónde pasamos la mayor parte de nuestras vidas, nuestros hogares dónde descansamos y nos reponemos, además de compartir con los seres queridos y nuestros lugares de trabajo donde proyectamos la actividad que nos sustenta, y donde pasamos la mayor parte del día.
Somos Energía, todo es energía.
Simplemente parémonos a pensar cuantas veces al entrar en una habitación sentimos un mal estar inexplicable que nos hace desear salir corriendo. No hay nada aparentemente que pueda hacernos sentir así, pero es posible que minutos antes se haya producido una discusión. O espacios tan oscuros y lúgubres que nos quitan la fuerza vital, pero otros no presentan ese aspecto y sin embargo nos hacen sentirnos incómodos, faltos de energía incluso de salud.
Cuidamos nuestro cuerpo con ejercicio, lo que nos ponemos, lo que comemos, nos hacemos tratamientos de belleza, bebemos agua mineral… pero muchas veces descuidamos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos… y hasta lo inminentemente cercano y cotidiano: nuestro hábitat, los espacios dónde pasamos la mayor parte de nuestras vidas, nuestros hogares dónde descansamos y nos reponemos, además de compartir con los seres queridos y nuestros lugares de trabajo donde proyectamos la actividad que nos sustenta, y donde pasamos la mayor parte del día.
Somos Energía, todo es energía.
Simplemente parémonos a pensar cuantas veces al entrar en una habitación sentimos un mal estar inexplicable que nos hace desear salir corriendo. No hay nada aparentemente que pueda hacernos sentir así, pero es posible que minutos antes se haya producido una discusión. O espacios tan oscuros y lúgubres que nos quitan la fuerza vital, pero otros no presentan ese aspecto y sin embargo nos hacen sentirnos incómodos, faltos de energía incluso de salud.
¿Qué es energía? Esta palabra derivada del griego “energía”: actividad, operación;”energos”: fuerza de acción o de movimiento, explica su sentido; Se pueden encontrar definiciones varias pero todas derivan de lo mismo,”la energía es la capacidad de realizar trabajos, fuerzas y movimientos”.
No la vemos, pero percibimos y sentimos sus efectos. No se destruye, ni se crea, solo se transforma en otra forma de energía.
Sabiendo pues, que todo lo que nos rodea es energía y que nos influye en mayor o me
No la vemos, pero percibimos y sentimos sus efectos. No se destruye, ni se crea, solo se transforma en otra forma de energía.
Sabiendo pues, que todo lo que nos rodea es energía y que nos influye en mayor o me
nor medida, podemos entender que en sus extremos, su desequilibrio influye en nuestra salud física y mental.
Los espacios reciben la influencia directa de las personas que los ocupan o transitan, los objetos que contienen (luces,formas, colores, texturas, olores, sonidos …), el entorno que le rodea, y aun más allá, las energías telúricas aquellas que provienen de las capas terrestres ( redes de Hartman, fallas subterráneas, gases radioactivos, venas de agua o acuíferos…),circulan y emanan por nuestros espacios, convirtiéndose en enemigos silenciosos de nuestra salud; y las energías cósmicas ,que son los influjos de los astros que penetran en la atmósfera y se transmiten al globo terráqueo. Algunos terrenos son capaces de absorber las radiaciones que proceden más allá de la materia oscura del universo, habiendo pues terrenos muy buenos para vivir y otros por el contrario, al no permitir que estas energías cósmicas se adentren en la tierra, rebotan produciendo incompatibilidades entre las personas y los espacios que habitan.
Estos conceptos no son nuevos, acompañan al hombre desde los primeros asentamientos a lo largo de su historia.
La evolución hacia las nuevas tecnologías y el acomodamiento, ha hecho que vayamos olvidando y perdiendo nuestros instintos y capacidades de observación y apreciación de lo que no vemos, exponiéndonos a todo tipo de peligros.
Diseñar espacios para la salud y la armonía conlleva a estudiar minuciosamente un proyecto.
Todo lo relativo a la funcionalidad, la estética y la parte técnica del proyecto de Diseño Interior va estrechamente relacionado con la persona, las características de la energía que encierra ese espacio y el entorno.
El Feng Shui me ayuda a determinar esas “energías” que se derivan de la ubicación cardinal quedándose impregnadas en el momento de la construcción por las influencias cósmicas y la forma del edificio.
Me proporciona información que interpreto para equilibrar y armonizar las zonas en las que la energía se estanca, no llega, o es excesiva. El estudio de la persona me ofrece información para saber a que es más vulnerable y le puede afectar y por tanto adecuar cada espacio a palear el efecto de esas influencias.
La radiestesia y la geobiología me dan pautas para reconocer si hay zonas patógenas que afectan a lugares álgidos del habitáculo y poder reconocer patologías e intentar subsanarlas.
La bioenergía, (los campos electromagnéticos que rodea a los cuerpos), la utilizo para intentar elevar el nivel de vibración en espacios y personas.
Por tanto una simple reforma en una vivienda o cualquier espacio con un buen estudio de estas energías puede proporcionar una mejora de la salud además de sentirse cómodo y en armonía.
Sin crear una obsesión, si debemos establecer un hábito de convivencia y orden en nuestros hábitats y lugares que ocupamos; no dejar al descuido o la suerte nada, acumulando, castigándonos con formas y colores agresivos, con espacios mal resueltos o desaprovechados, sucios o desordenados, nos ayudará mucho más a proyectarnos y proyectar más positivamente nuestras aspiraciones en la vida.
Por tanto una simple reforma en una vivienda o cualquier espacio con un buen estudio de estas energías puede proporcionar una mejora de la salud además de sentirse cómodo y en armonía.
Sin crear una obsesión, si debemos establecer un hábito de convivencia y orden en nuestros hábitats y lugares que ocupamos; no dejar al descuido o la suerte nada, acumulando, castigándonos con formas y colores agresivos, con espacios mal resueltos o desaprovechados, sucios o desordenados, nos ayudará mucho más a proyectarnos y proyectar más positivamente nuestras aspiraciones en la vida.
Buenas Noches.
ResponderEliminarGracias Teresa, es muy interesante todo lo que has publicado. No dudes en seguir dandonos esta información tan valiosa.
Un Saludo.
Ángela
GRACIAS A TI ÁNGELA POR TU COMENTARIO Y VISITA.SIGUE TRABAJANDO COMO LO HACES.UN ABRAZO
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